En ninguna otra ciudad española se advierte, como en Salamanca, una tan profunda vinculación, hasta completar un todo, entre las distintas etapas de su devenir histórico y los hitos monumentales que marcan este proceso. De forma muy genuina, el Gótico tardío, el Plateresco y el Barroco, con otras aportaciones, si menores, no menos importantes, se funden entre sí hasta configurar una ciudad a la que, entre otros aspectos define, fundamentalmente, la singularidad.
¿A qué se debe que un cuadro urbano compuesto a base de diversos estilos conserve esa unidad, ese carácter en la composición y equilibrio en las formas que hay que exigir a una obra de arte? Seguramente, o al menos en mayor medida, a la piedra, la materia, que en este caso se convierte en el elemento admirable capaz de potenciar la capacidad creadora, en aspecto arquitectónico, del hombre.
Mediante este blog quiero mostrar la Salamanca de ayer y de hoy, en la que se puede comprobar el curioso, el profundo cambio operado en la ciudad desde prácticamente un inmediato pasado, que por cierto arrancaba de los más profundo de su historia, y el presente.


viernes, 7 de diciembre de 2012

CALLE DE ESPAÑA (GRAN VIA).

No hay duda de que la realización más importante en el orden urbanístico y también la más necesaria, teniendo en cuenta el desarrollo de la ciudad desde el momento de la guerra civil, fue la apertura y trazado de la calle de España, popularmente llamada Gran Vía. Entre las preocupaciones que en ese sentido movieron, seguramente, a los gestores municipales, fueron las de abrir una vía de norte a sur que descongestionase la Plaza Mayor, centro vital de la ciudad y de la que nacían las principales calles, pero también adecentar un céntrico sector de la ciudad de callejuelas estrechas, vaguada y alberca en algunos espacios y en el que la edificación era a base de casuchas viejas irregularmente distribuidas.
Las expropiaciones se iniciaron en los primeros años de la década de los cuarenta, y comprendieron 30 casas, por un importe de medio millón, peseta más, peseta menos.
Inicialmente, el proyecto contemplaba soportales a ambos lados. Pero los inevitables intereses y el tráfico de influencias dieron como resultado que los soportales figurasen sólo en uno de los lados, con lo que el desequilibrio estaba logrado, para desdoro de los urbanistas.
Algunas innovaciones en etapas posteriores han venido a perjudicar el conjunto al alterar esa armonía que en principio se pretendía. Así se han cegado algunos arcos que no tenían que figurar en la parte contraria a la porticada, pero que una vez hechos, deberían estar abiertos, y se ha levantado una edificación, como remate de esa parte de la calle, ya frente a los Dominicos, que desentona en el conjunto. Incluso se conservan unos árboles que no hacían falta y además, estorban.
En la foto antigua se ve el aspecto que presentaban las viejas casas dentro de un dédalo de calles y rincones. Al fondo, aparece uno de los lienzos de la Cárcel Vieja, edificio derribado años más tarde de que lo fueran las casas.
El sector corresponde al edificio de Turismo (actualmente desaparecido), contiguo al Palacio de Justicia.