En ninguna otra ciudad española se advierte, como en Salamanca, una tan profunda vinculación, hasta completar un todo, entre las distintas etapas de su devenir histórico y los hitos monumentales que marcan este proceso. De forma muy genuina, el Gótico tardío, el Plateresco y el Barroco, con otras aportaciones, si menores, no menos importantes, se funden entre sí hasta configurar una ciudad a la que, entre otros aspectos define, fundamentalmente, la singularidad.
¿A qué se debe que un cuadro urbano compuesto a base de diversos estilos conserve esa unidad, ese carácter en la composición y equilibrio en las formas que hay que exigir a una obra de arte? Seguramente, o al menos en mayor medida, a la piedra, la materia, que en este caso se convierte en el elemento admirable capaz de potenciar la capacidad creadora, en aspecto arquitectónico, del hombre.
Mediante este blog quiero mostrar la Salamanca de ayer y de hoy, en la que se puede comprobar el curioso, el profundo cambio operado en la ciudad desde prácticamente un inmediato pasado, que por cierto arrancaba de los más profundo de su historia, y el presente.


viernes, 7 de diciembre de 2012

PLAZA DEL POETA IGLESIAS.

Resulta sumamente curioso descubrir que hasta las postrimerías de los años veinte estas modestísimas - y un tanto cachambrosas - casas que muestra la fotografía albergaron un día Audiencia, Ayuntamiento y otros organismos. Una vez instalada la Audiencia en el antiguo inmueble conocido posteriormente como Cárcel Vieja, ya que fue cárcel, y antes, al parecer, convento de las Comendadoras de Santiago, la corporación municipal sacó a subasta el edificio, con la condición expresa de que en el solar resultante se levantase un hotel de cierto empaque. Y asñi surgió el Gran Hotel (ya desaparecido), llamado un tiempo también hotel <<Salamanaca>>.
El 1 de agosto de 1928 se firmó el pliego de condiciones para la ejecución de la obra, que llevaron a cabo, como constructores, los Hijos de Arsenio Andrés, siendo su arquitecto -que dió al inmueble un cierto aire renacentista-, don Modesto López Otero, concluyéndose la obra el día 12 de octubre de 1930. 
En los años 42 y 43 se añadió el piso que remata el edificio. Antepasados de la familia Fernández Trocóniz levantaron el hotel, perteneciendo a esta familia hasta el año 72, en el que se procedió a la formación de una sociedad que, no obstante, conserva estos apellidos y en la que figura el empresario Francisco Gil.
En el hotel estuvo instalada la emisora de Radio Salamanaca, así como un banco -en el chaflan- y la Oficina de Turismo, dependencias que luego se dedicarían a la parrilla del hotel.