En ninguna otra ciudad española se advierte, como en Salamanca, una tan profunda vinculación, hasta completar un todo, entre las distintas etapas de su devenir histórico y los hitos monumentales que marcan este proceso. De forma muy genuina, el Gótico tardío, el Plateresco y el Barroco, con otras aportaciones, si menores, no menos importantes, se funden entre sí hasta configurar una ciudad a la que, entre otros aspectos define, fundamentalmente, la singularidad.
¿A qué se debe que un cuadro urbano compuesto a base de diversos estilos conserve esa unidad, ese carácter en la composición y equilibrio en las formas que hay que exigir a una obra de arte? Seguramente, o al menos en mayor medida, a la piedra, la materia, que en este caso se convierte en el elemento admirable capaz de potenciar la capacidad creadora, en aspecto arquitectónico, del hombre.
Mediante este blog quiero mostrar la Salamanca de ayer y de hoy, en la que se puede comprobar el curioso, el profundo cambio operado en la ciudad desde prácticamente un inmediato pasado, que por cierto arrancaba de los más profundo de su historia, y el presente.


viernes, 7 de diciembre de 2012

PLAZA DEL MERCADO.

En esta fotografía se recoge una de las estampas más típicas del pasado de nuestra ciudad. Si la Plaza Mayor era en los años veinte centro de reunión, paseo y lugar de asueto para los salmantinos, contando con un variado comercio, la contigua Plaza del Mercado era la zona en la que se llevaban a cabo el suministro de la ciudad y cita poco menos que obligada de vendedores, compradores y feriantes, éstos en determinados días.
A la izquierda puede verse un lienzo de fachadas que prácticamente no ha sufrido transformación hasta el presente, constituyendo una panorámica sumamente interesante, de manera que debería ponerse el máximo empeño en su conservación, llevándose a cabo para ello los necesarios retoques y limpieza de la piedra.
A la derecha, el entonces Nuevo Mercado (Mercado Central, hoy), realización del arquitecto don Joaquín Vargas y obra representativa de la arquitectura en hierro -escasísima- con que cuenta Salamanca. Fue construido entre 1905 y 1911.
Al fondo se ven los edificios desaparecidos de la Plaza del Angel, en uno de los cuales estuvo a partir de 1940, es decir, en época muy posterior a cuando fue tomada esta fotografía, <<La Isla>>, de la que fue propietario don Francisco Hernández Cruz, a su regreso de hacer las Américas y que antes fue Casa Manolo. El edificio desapareó a comienzos de los sesenta. Hoy lo ocupa el Hotel Milán (ya desaparecido y en su lugar nos encontramos el hotel Husa Plaza del Angel).
El conjunto humano que la foto superior ha perpetuado tiene las características de testimonio, tanto del modo de vestir de los salmantinos de entonces en sus estratos más modestos y las características de los carruajes, como de la afluencia de las gentes, muchas de la provincia, en los días de mercado.